sábado, 3 de marzo de 2012

Viaje 8 - Historias y Shock Botánico!

Este viaje me hizo reflexionar sobre miles de cosas! En primer lugar luego sobre la botánica. Me sentí en kinder por ahí cuando caminábamos por el bosque y mi papá empezó a preguntarme los nombres de los árboles. Hija de como no es fácil acordarse! Dios mío... Y no sé por qué, pero hoy todos los árboles me parecían iguales. Cómo lo que la estupidez me ataca en los peores momentos. 
Hace un tiempito ya que camino por ese bosque, y todavía no puedo diferenciar como quiero los árboles. 

Eso me hizo pensar en que el tiempo está corriendo en contra y como loca me voy a poner a fijar en absolutamente todos los árboles. O sea, eso ya empecé a hacer luego. No sé si es algún tipo de fijación, pero hace un tiempo tengo un juego en el colectivo: miro por la ventanilla y tengo que saber el nombre común por lo menos de todos los árboles que vea. En la ciudad es mucho más fácil que en el bosque! Obviamente... Está lleno te lapachos, chivatos, yvyrajú, tulipán de la india, jacaranda, mangos, ingá, yvyraro, yvyrapyta, etc. Pero en el bosque! Dios! En fin, eso por un lado. 

Por otro lado, también pensé mucho hoy en la gente y el tiempo de antes. Empezamos a tener una conversación terererística debajo del aguaí una vez más, pero esta vez el divague era sobre la tecnología. Me puse en el lugar de don Mario, que es un señor del campo, que toda su vida vivió ahí. Usa celular, entiende muchas cosas de verdad, pero comentaba él cómo el ser humano avanzó tanto en este tiempo que podés hablar al toque con una persona que está en otra ciudad u otro país por celular. Y cierto es, antes estaban las cartas. Y en mi mente por un lado estaban los grandes inventores de la historia y todo su mundo, y por el otro lado ahí en el bosque nosotros, haciendo uso de las cosas que inventaron. Y en serio es algo increíble. Pero no voy a ahondar demasiado en todas las cosas que se me pasan por la cabeza cuando hablamos de esas cosas, porque de verdad mi mente se convierte en un pozo sin fondo cuando de divagar se trata.

Una última cosa que me dejó pensando un largo rato fueron los relatos de mi abuelo. Después del trabajo en el bosque fuimos a visitarle como es costumbre. Empezó a contar todas las hazañas de cuando era más joven. (Acá hago énfasis en que es increíblemente encantador escucharle hablar a la gente de antes! En serio me deja totalmente embelesada mientras cuentan esas cosas, es como transportarse a esa época, y me da una sensación de que era casi mágico el mundo cuando eso jaja)
Me contó que el arroyito que ahora está chiquito antes era re grande. Que ese aguaí debajo del cual tomamos siempre tereré sobrevivió a la caída de una granizada, una vez (cuenta él) se le cayó un granizo enorme que le partió una parte del tronco al aguaí, y eso fue hace como 25 años. (Ahora que pienso, no fue tanto tiempo antes de que nazca yo! dios mio...) 

Ese bosque tiene más o menos 30 años, y las cosas que me cuenta mi abuelos son generalmente antes de esos 30 años. 30 años puede ser mucho, pero para un bosque es una etapa no más, o dos. Es tan relativo el tiempo! 

Un año me parecía mucho. Ahora creo que va a pasar volando! Voy a sacarle el jugo a este trabajo, quién sabe cuándo vuelva a tenerle tan de cerca al bosque después de haberme recibido. 

(Hoy no dejo fotos, ninguna de las que saqué tiene que ver con lo que escribí jaja)

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