miércoles, 4 de enero de 2012

Entreviaje #2 Había una vez una vaca

Odio las vacas. Eso es todo lo que voy a decir. Ah! Una cosa más de las vacas, comen tela. Las vacas y el bosque no pueden estar juntas, no señores, no pueden! Elegís bien, o la vaca y el campo o el bosque y todas sus miles de criaturas vivientes (mil veces elijo el bosque, opinión propia). Bueno, mejor cuento bien no más ya lo de las vacas.

No es la primera vez que me encuentro cara a cara con estas criaturas. Serán ricas y le dejarán ganancias a la gente que se dedica a la ganadería, pero en el bosque no tienen nadita que hacer. Pisotean y compactan todo el suelo (lo que interfiere en la complejísima dinámica del agua en el suelo), se comen toda plantita nueva que crezca (regenerantes), y hasta se comen las cosas de tela que se te olvidan en el bosque (he aquí el motivo de mi post, nunca se olviden nada de ropa en un lugar donde haya vacas…)  

En el primer viaje, volviendo del bosque me crucé con dos de estos animales que me bloquearon el camino. Una de las vacas me miraba con cara de que quería envestirme, en serio me asusté mucho, me quedé inmóvil luego. Trataba de acordarme cómo es ese sonido que se hace para ahuyentarles pero solamente se me ocurría zape y fuera, y hasta le dije al animal “Sali por favor de mi camino!” como si fuera que iba a entender… Después de unos minutos llegó un muchachito y les llevó sin el más mínimo esfuerzo…. Jaja! No es que no sea valiente, pero todo un arte es espantar vacas!


Bueno en fin, para evitar el problema de las vacas de hecho que está contemplada la realización de un alambrado alrededor de mi parcela, pero alambrar en el bosque no es cosa fácil había sido. Si delimitar no más luego la parcela fue todo en tema imagínense a los pobres tipos cargando postes y cavando (bueno, ellos estarán acostumbrados también).

En el segundo viaje ya tuve más suerte la verdad, porque con estas mismas dos vacas me crucé, y tipo que ya agarré más confianza: agarré un palo y amagué que le iba a atacar (eso no me salió tan bien porque la vaca retrocedió pero después se preparó como para un contragolpe). Por suerte nunca me atacó una vaca, ojalá nunca tenga que venir a postear acá algo titulado “como sobreviví al ataque de una vaca”….

Por el momento se acabaron los cuentos de vacas, ah! Cierto! Las vacas ya no están! Ahora me acordé que se les llevó a un lugar mejor! (no es el cielo de las vacas, es a un campo donde podrán pastar felices y lejos de mi tesis). Ahora que me acordé me vuelvo a sentir relajada por ene vez.

Esta vez no les dejo fotos porque no les saqué fotos a las vacas estas, a lo que me gusta no más le saco jaja. 

2 comentarios:

  1. Rachel eres adorable... aunque a mi sí me gustan las vacas, me gustan todos los animales, tengo dudas con los humanos, es una relación amor-odio y risa loca por la estupidez humana.

    Mi sitio es: www.misionpromesa.com

    Soy un viejo com mente joven. Eso de "adulto mayor" o la "tercera edad" son eufemismos bastante... estúpidos, por no usar una palabra mejor.

    Es la primera vez en mi larga vida que sigo un blog. Creo que los blogs y los sitios web personales son monólogos o más bien auto-monólogos, suena redundante pero no lo es, porque en un monólogo"normal" alguien te oye y en los auto-monólogos solo tú te oyes y a veces ni siquiera te escuchas a tí mismo.

    Me gustó todo lo tuyo, tus películas y hasta tus libros?

    Soy bipolar, cazador de instantes, me falta serotonina y creo que deberías poner una foto tuya más grande. Tengo curiosidad de ver como te ves.

    Un abrazo virtual, Joel

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  2. Gracias Joel! Que bueno que te haya gustado lo que escribo! Te cuento que empezó casi como una terapia para darme fuerzas con esto de hacer la tesis, y terminó gustándome muchísimo..
    No quiero poner una foto mía mas grande porque ahí se convertiría en eso que decís de los auto-monólogos! jaja
    Espero que sigas disfrutando de este espacio, ya que escribo con mucho cariño para todos los que quieran leer!
    Un saludo para vos y muchas gracias por las palabras tan bonitas!

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